viernes, 20 de febrero de 2015

¡Lo que vale ganar el Oscar!

Como dijo Frank Capra en una ocasión, el Oscar no sólo es el premio más valioso en la industria del cine. También es la forma menos costosa de promoción mundial inventada por una industria. El realizador de Qué bello es vivir o Caballero sin espada sabía de lo que hablaba tras acumular seis candidaturas y tres oscars en su poder a lo largo de su carrera.

Su afirmación vale tanto si se refería a los 350 euros que viene a costarle a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas hoy en día la fabricación de una estatuilla o a los 130 millones de euros anuales que Hollywood se gasta en campañas para ganar el favor de los votantes que deciden quién obtendrá uno de estos pequeños hombrecillos dorados. La cifra la aventura el comentarista Tom O’Neil en su blog Goldderby.com, dedicado en exclusiva a la temporada de premios. La cantidad no es oficial: nadie quiere reconocer lo que le cuesta la victoria, o al menos intentar acariciarla. Pero por disparatada que suene la cifra, haciendo cálculos parece acertada. Y por muy alta que suene, mayor es la recompensa. El Oscar se mide no sólo en dinero sino en ego, y alimentar el ego de Hollywood no tiene precio.
Por poner un ejemplo cercano, en 2013 Argo se llevó el Oscar a la mejor película. Para entonces ya llevaba recaudada en la taquilla estadounidense cerca de 100 millones de euros, cifra conseguida a lo largo de tres meses y que entraba dentro de la recaudación esperada por Warner para el thriller de Ben Affleck. Su candidatura le hizo sumar otros 16,6 millones de euros en entradas en tan sólo seis semanas y 5,2 millones de euros más tras su victoria. Eso sólo en Estados Unidos.
Por mucho que la Academia intente separar el Oscar del dinero que cuesta obtenerlo, el marketing ha sido siempre parte de este galardón. Con los años la Academia ha intentado reducir a cero las fiestas o los obsequios que los miembros pueden recibir, aunque con cada norma también ha surgido una nueva forma de captar la atención de los votantes. Porque eso y no el voto es lo que compran las campañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario